Empezó por comerse las uñas…
Érase una vez un hombre llamado Oscar que empezó por comerse las uñas, después las manos, los pies, siguió por las piernas, la cadera, los brazos, los hombros, el cuello, hasta la cara.
Se buscaba abajo de la cama, en su departamento, en el edificio, en su auto y no estaba. Se buscaba por todos lados, fue al baño, se miró en el espejo y se dio cuenta que… ¡HABÍA DESAPARECIDO!
Autor: Agustina Duarte